19, un mes. Y no lo estoy celebrando. Cada día un poco más oficial, poco a poco va conociendo más de mi, voy dejando ver sentimientos y voy conociendo un poco más de él. Quizás un mes le ha dado tiempo a pensar, a valorar lo que siente y a tomar una decisión. En ello está ahora mismo, mientras yo escribo. Decisión que tomó mucho antes de ese 19, pero donde no estaba yo, donde dejó una puerta abierta, por la que se colaron las ilusiones de ella. Hoy será un día a señalar, no sé si para bien o para mal. Si cerrará definitivamente esa puerta o seré yo la que tenga que salir por ella. Quiero dejar de sentirme culpable.
Recuerdo su voz insistiendo en que confíe en mi, en que me valore, que no soy inferior a nadie. Que soy yo el presente. Pero imposible ignorar al pequeño diablillo que se asoma por detrás de mi oreja izquierda. Y con él viene el miedo, miedo a dejarme llevar y sentir sin que sientan, como otras veces.
Un día que pudo terminar con una sonrisa como tantas otras veces lo ha hecho tras pasar un rato contigo, por quién empecé este blog. Hoy ha sido un día de esos que hubiese enmarcado hace meses. Almuerzo contigo, y te tumbas a descansar sobre mis piernas, mientras te acaricio para que duermas. Pero ya no me tiemblan las manos al hacerlo, ni deseo ir más allá de tu cuello. Nadie entenderá nunca lo que tenemos, sólo tu y yo, sólo pizzigato y la gata de cola blanca. Y no quiero renunciar a esto, porque sabes que he aprendido mucho de ti, porque tu también has aprendido de mi.
Qué fácil hubiera sido todo si desde abril hubiese aceptado esa invitación a tomar algo. Si hubiera cogido el teléfono el día que me apeteció tomarme un café con él. En ese momento estabas tu por delante, y ahora que sé lo que realmente eres para mi espero que no sea tarde. No quiero perderle, no quiero perderte a ti, que me entendáis los dos. Por pedir pediría que os diérais la oportunidad de conoceros de verdad y la posibilidad de llevaros bien, porque sería mucho más fácil...
No pido tanto, no quiero un final feliz...
...sólo quiero serlo