Hoy me apetece darle otro sentido a una entrada que escribí hace un par de semanas.
No hay manera de que vuelva ese miércoles,
tengo la sal entre los ojos mojados
Quiero que sepas que eres el culpable
de que hoy me sienta extrañamente bien
de que hoy me sienta extraña...
tengo la sal entre los ojos mojados
Quiero que sepas que eres el culpable
de que hoy me sienta extrañamente bien
de que hoy me sienta extraña...
No llego a arrepentirme de la oportunidad que perdí anoche. Sé que hoy podría haberme despertado a tu lado, ver amanecer mientras nos acercamos a las estrellas, pero sé que hice lo mejor. No había excusa para aceptar tu invitación, aunque fueron muchas horas dándole vueltas a la cabeza sin saber que hacer. Y hoy ese miércoles ha querido volver, de una manera distinta, no sé si mejor o peor, pero igual de esperada. Abro los ojos para verte y retengo esa imagen que el espejo me devuelve. Tus manos buscándome, tu respiración en mis oídos, tus labios en mi nuca. Vuelvo a cerrarlos y sólo me preocupo por sentir, sin pensar...
Tengo la sal entre los ojos mojados, sal de la brisa marina que nos acompañó en ese paseo y ojos mojados, pero esta vez de lluvia y no de lágrimas. Y sólo tu eres el culpable de que hoy me sienta extrañamente bien.
¿Quizás tenga esto algo que ver con que anoche 11 me escoltara cuando regresaba a casa? Podéis llamarme friki, orgullosa estoy de ello...
Y para finalizar el día charlita y risas con esa otra estrella, lo que me confirma que no hay mal que por bien no venga. Hoy me alegro de que no me dieran esta guardia. Hacemos planes para la próxima y planteamos vernos fuera... Me apetece.