lunes, 9 de julio de 2012

Ya no puedo hacer más

Me arriesgué a conocerte, a pesar de que no empezamos con buen pie. Pero te abriste a mí y dejaste que conociera lo que hay detrás de ese muro. Y cambié mi opinión sobre ti, me di cuenta de que detrás de tu fachada hay una vida entera que no ha sido fácil, y por desgracia tampoco lo será en el futuro. 

Y he intentado que estés bien, ayudarte en todo lo posible, en lo que ha estado en mi mano y en lo que ha estado más allá de ella y sabes que lo he hecho porque en estos meses te has convertido en alguien importante para mi.

Te agradezco que hayas contribuido con tus ánimos a mi decisión de cambiar, a que mi autoestima haya subido un peldaño, que en esas ocasiones hayas contado conmigo.

Pero ahora, ¿qué pasa? ¿Por qué esta lejanía? Sé que estas semanas no están siendo fáciles para ti y sabes que intento ayudarte, pero me pagas así. ¿Ya no me necesitas? ¿Tengo que pensar que me has utilizado? Y pretenderás que cuando vuelvas todo siga igual...

Lo siento, pero yo ya no puedo hacer más.

Infinita ingenuidad,
ilusión centesimal,
me creía tan capaz
con mi cápsula de Albal.
Mi torpeza fue total,
de tan grande es demencial,
no detecto una señal,
nunca encontraré el lugar
donde al fin me entienda. 



Y yo ya no puedo hacer más si este más siempre resta.
Y yo ya no puedo hacer más si este más siempre resta.
Y yo ya no puedo hacer más si este más siempre resta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario